Existen muchos matices que a través de los años han  planteado el liderazgo como un proceso mecánico de transacción entre personas, pero  también lo hemos escuchado como un proceso transformacional, este último no es fácil de encontrar, pero podríamos analizarlo,   Ochoa (2015) con la pregunta ¿Qué nos hace falta en las organizaciones?  ¿JEFES o   LIDERES? nos invita a pensar y a valorar lo que realmente necesitamos y a reflexionar sobre una serie de cualidades que esperamos de un buen líder, la experiencia y los años nos han mostrado que existe esa persona y que es  muy valorada cuando la encontramos, esa que es capaz de: Influenciar y convencer, de alinear los esfuerzos del equipo hacia un objetivo común, es una persona que actúa con objetividad, es coherente, modela con el ejemplo, es reflexivo, discreto, respetuoso, sabe ponerse en el lugar del otro, tiene un pensamiento estratégico y sabio, es empatico, tiene carácter, escucha con atención las opiniones y las inquietudes de su equipo, entiende que sólo no llegará a ningún lado, siempre consulta y tienen buen dominio de la comunicación asertiva, busca el consenso, tiene la facilidad de aprender y desaprender, es un dinamizador y motivador, es creativo, tiene iniciativa, tienen chispa, sabe detectar las influencias externas e internas que pueden amenazar el buen funcionamiento del grupo, siempre busca el beneficio y valora el esfuerzo de todos en el equipo.

Es importante reconocer que el ejercicio de un buen liderazgo no es tarea fácil,   la falta de información, las incertidumbres,  las decisiones sin análisis, sin consulta o sin consenso pueden poner en riesgo el funcionamiento del equipo. Lograr que el liderazgo se realice en una dinámica favorable que a su vez beneficie tu potencial,  guíe al grupo hacia una misma meta  y los lleve directo al éxito, es posible, para esto necesitaras poner en práctica algunas estrategias:

1. PRIMERO TÚ, CONOCETE A TI: Todo inicia contigo, para liderar a otros primero debes conocerte a ti mismo, no existe nadie que te conozca más que tú, evalúa tus puntos positivos, las ventajas que tienes y que tiene tu grupo, pero también lo que sabes que no ha funcionado, lo que no te permite conectar con el equipo y reflexiona sobre tus acciones y el lenguaje que usas para establecer comunicación, en este sentido automotivación, autogestión emocional, autonomía, autodisciplina, autoconfianza, autodominio, autoconocimiento, autodeterminación son la clave esencial, si puedes mantener lo anterior en equilibrio, vas ganando.

2. CONFIA EN TU POTENCIAL Y ENCUENTRA EL LIDER QUE ERES: ¿Cómo puedo descubrir el líder que soy? Primer paso la autoevaluación y autorreflexión, si ya hiciste un recorrido por tus puntos fuertes, retomaste tus fortalezas y te reencontraste con todo lo bueno que hay en ti, entonces  es hora de abrazar con fuerza todo lo que ya has visto que es valioso, que es un tesoro y reforzarlo con la automotivación, usa un lenguaje positivo contigo, si hiciste algo bien y así lo sientes, no esperes que alguien reconozca el esfuerzo que has realizado, aplaude con fuerza y reconoce todo lo que has logrado. Segundo paso: La autoformación un líder debe encontrar la información, debe dominarla, debe actuar con objetividad, ser coherente entre lo que dice y hace, debe ser dinámico, puedes apoyarte en todos los recursos humanos y tecnológicos que tienes disponible, la consulta a los compañeros, la escucha activa y atenta, asume una actitud de apertura, abierto y flexible a recibir todo lo que el mundo tiene para darte. Tercer paso: Confía y suelta las falsas expectativas de situaciones y de personas este punto es muy importante, las falsas expectativas son las ideas negativas que nos hacemos de personas, de situaciones que ocurren y que no han ocurrido, la predisposición negativa genera sentimientos de miedo, de bloqueo, de inseguridad y nos alejan de la sabiduría, nos limitan y nos encierra en un circulo negativo que nos ciega y nos aleja de ver más lejos y con objetividad.

3. ABRAZA LA EMPATIA, RECONOCE Y RESPETA EL POTENCIAL DE TU EQUIPO: Este sentimiento lo es todo, podríamos verlo como la chispa que establece confianza, la solidaridad, la compasión, la unidad, el trabajo colaborativo, aceptar los cambios, ganar confianza y respeto en el equipo  toma tiempo,  pero puedes emplear algunas acciones que beneficiaran tu ejercicio como líder, primero escucha tu equipo, quieren que los escuches, tienen mucho que dar, deja que tu equipo te guíe, confía, se discreto y honesto,   realiza dinámicas reflexivas y divertidas que te ayuden a conectar, pero sobre todo lo anterior  muestra una actitud ejemplar, dale el crédito a quién lo merece, reconoce el valor de tu equipo, esto abrirá las puertas para que puedas establecer una buena conexión y potenciar la dinámica de trabajo.

Los resultados de un buen liderazgo dependerán de tus habilidades y destrezas, de las condiciones del entorno y de las condiciones y oportunidades que pueda tener el grupo,  recuerda tu puedes hacerlo mejor y tienes todo lo que necesitas. 

Fuentes de consulta:

Ochoa J. (2015). Liderazgo y trabajo en equipo. 

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